Bueno, claro está que esto no pretende ser un modo de justificar el porque de comportarnos así, el porque de nuestros pensamientos, pero talvez más un reflejo del funcionamiento de nuestro ser, el de los existencialistas.
Ya dicen por ahí -y lo he escuchado varias veces- que la gente que piensa demasiado en cosas más allá de lo cotidiano suelen ser aquellos que no consiguen aceptarlo, que no consiguen acudir a sus responsabilidades y se esconden en fantasías de un mundo mejor, en críticas más allá de cualquier explicación acerca de todo lo que les rodea. No sé si soy quién para desmentir esas afirmaciones, pero sí puedo decir esto:
Yo, como ser unitario, suelo tener decantaciones hacia el inconformismo, hacia el no aceptar que "las cosas son como son", el "¿Qué le vamos a hacer?". Es verdad que -supongo que como todos alguna o algunas veces- he aceptado jugar el juego que la vida nos propone, el que, a final de cuentas, la sociedad impone, el de ser un engranaje de un sistema que Necesita funcionar, al que debemos alimentar con nuestra fuerza de trabajo, al que le debemos lo que algún día llegamos a ser, por poco que sea. He navegado en este mar de redes y cadenas el tiempo suficiente como para reconocer sus patrones de comportamiento y, aunque sé que no lo he aprendido todo, no parece guardarme tantos secretos. Justamente es eso lo que me lleva a tratar de ver más allá, no sé si eso significa colocarse arriba, abajo o simplemente fuera del sistema, pero sé que no puede ser hecho siendo alguien completamente enzarzado en él. ¿Soy de los que "rizan el rizo"? Talvez. No es algo que me asuste, no me parece que eso me aleje de la corriente de un modo en el que no pueda encontrarme nuevamente: Talvez sea ese incluso el modo cierto de encontrarme.
He visto cosas, sí. Cosas buenas, cosas malas, cosas que no me han importado lo más mínimo; cosas que me han hecho suspirar, gritar, reír, llorar; he hecho el bien, el mal; no he hecho nada, lo he intentado hacer todo(talvez a veces aún lo intento). Al fin y al cabo puedo decir que no estoy en la posición de alguien que habla de lo que le viene a la cabeza, de lo que parte exclusivamente de su imaginación; hablo de cosas en las que he sido, en las que todos hemos sido. No importa qué, como ni porqué: Hemos sido siempre algo en todos los momentos de nuestra vida y, por poco que fuera, hemos sido partícipes de lo que sea que se haya concluído. ¿Puede alguien decirse que ha estado en una situación en la que realmente no ha tenido nada que ver? Puede, pero solo se estará mintiendo a sí mismo o a sí misma. Estudiando a fondo cualquier situación, podemos descubrir como hemos llegado a ella, porqué estamos ahí y qué podemos hacer o no en ella.
Sé que no estoy diciendo nada nuevo, sé que no hay frases de efecto en modo alguno en mi discurso, pero tampoco lo pretendo. Al fin y al cabo, ¿Me llevo yo algo de remover vuestros cimientos? ¿Os lleváis vosotros algo de remover los míos? Esa era fácil: Claro que la respuesta es afirmativa; Quería ver si estábais atentos. Bien acabo de decir que somos de un modo u otro artífices o partícipes de todo lo que sucede, aunque querramos girar la cara y abandonar la responsabilidad de nuestros actos, incluso de nuestra postura de ignorancia ante situaciones que no nos salpican directamente; Al fin y al cabo, la indiferencia también es una acción y, en muchos casos, más activa que pasiva.
Luego entonces: el existencialista. Es verdad: vemos más problemas que los que resolvemos realmente, incluso más soluciones que las que ejecutamos. Nos encanta observar, pero poco hacer, a no ser que esa fechoría responda a alguno de nuestros afanes, no por egoísmo exclusivo, pero por miedo a perdernos en ciclos de preguntas sin respuesta. ¿Hay que estar orgulloso de ser existencialista?
Si tuviera una respuesta a esa pregunta, talvez no sería este el texto que escribiría. Entretanto, me he desahogado y me habéis escuchado, aunque sea a través de esa voz en vuestra cabeza que guía vuestras lecturas.
Yo, como ser unitario, suelo tener decantaciones hacia el inconformismo, hacia el no aceptar que "las cosas son como son", el "¿Qué le vamos a hacer?". Es verdad que -supongo que como todos alguna o algunas veces- he aceptado jugar el juego que la vida nos propone, el que, a final de cuentas, la sociedad impone, el de ser un engranaje de un sistema que Necesita funcionar, al que debemos alimentar con nuestra fuerza de trabajo, al que le debemos lo que algún día llegamos a ser, por poco que sea. He navegado en este mar de redes y cadenas el tiempo suficiente como para reconocer sus patrones de comportamiento y, aunque sé que no lo he aprendido todo, no parece guardarme tantos secretos. Justamente es eso lo que me lleva a tratar de ver más allá, no sé si eso significa colocarse arriba, abajo o simplemente fuera del sistema, pero sé que no puede ser hecho siendo alguien completamente enzarzado en él. ¿Soy de los que "rizan el rizo"? Talvez. No es algo que me asuste, no me parece que eso me aleje de la corriente de un modo en el que no pueda encontrarme nuevamente: Talvez sea ese incluso el modo cierto de encontrarme.
He visto cosas, sí. Cosas buenas, cosas malas, cosas que no me han importado lo más mínimo; cosas que me han hecho suspirar, gritar, reír, llorar; he hecho el bien, el mal; no he hecho nada, lo he intentado hacer todo(talvez a veces aún lo intento). Al fin y al cabo puedo decir que no estoy en la posición de alguien que habla de lo que le viene a la cabeza, de lo que parte exclusivamente de su imaginación; hablo de cosas en las que he sido, en las que todos hemos sido. No importa qué, como ni porqué: Hemos sido siempre algo en todos los momentos de nuestra vida y, por poco que fuera, hemos sido partícipes de lo que sea que se haya concluído. ¿Puede alguien decirse que ha estado en una situación en la que realmente no ha tenido nada que ver? Puede, pero solo se estará mintiendo a sí mismo o a sí misma. Estudiando a fondo cualquier situación, podemos descubrir como hemos llegado a ella, porqué estamos ahí y qué podemos hacer o no en ella.
Sé que no estoy diciendo nada nuevo, sé que no hay frases de efecto en modo alguno en mi discurso, pero tampoco lo pretendo. Al fin y al cabo, ¿Me llevo yo algo de remover vuestros cimientos? ¿Os lleváis vosotros algo de remover los míos? Esa era fácil: Claro que la respuesta es afirmativa; Quería ver si estábais atentos. Bien acabo de decir que somos de un modo u otro artífices o partícipes de todo lo que sucede, aunque querramos girar la cara y abandonar la responsabilidad de nuestros actos, incluso de nuestra postura de ignorancia ante situaciones que no nos salpican directamente; Al fin y al cabo, la indiferencia también es una acción y, en muchos casos, más activa que pasiva.
Luego entonces: el existencialista. Es verdad: vemos más problemas que los que resolvemos realmente, incluso más soluciones que las que ejecutamos. Nos encanta observar, pero poco hacer, a no ser que esa fechoría responda a alguno de nuestros afanes, no por egoísmo exclusivo, pero por miedo a perdernos en ciclos de preguntas sin respuesta. ¿Hay que estar orgulloso de ser existencialista?
Si tuviera una respuesta a esa pregunta, talvez no sería este el texto que escribiría. Entretanto, me he desahogado y me habéis escuchado, aunque sea a través de esa voz en vuestra cabeza que guía vuestras lecturas.
Bryan L.. Black
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