Decisiones. Tantas. Tan difícil escoger. Este es un momento de mi vida que exige elegir un rumbo entre tantos caminos. Ya lo sé, he pasado antes por eso, pero algo ha cambiado ahora: He descubierto que he estado viviendo una vida que no era la mía, que no me pertenecía.
Llegué a donde estoy, a donde me encuentro llevado un poco por el sentimiento, otro tanto por los demás. Es curioso que algo hecho por el filtro de las emociones no sea siempre lo correcto, lo que realmente queremos, necesitamos, lo que nos llena. Me he prometido tantas cosas a lo largo de este camino que a final de cuentas no tenían nada que ver con mi própia identidad y con mis principios que me he convertido en un actor de mi existencia. Sí, no soy Yo donde me encuentro ahora, o mejor, no era yo en la fase de la que estoy saliendo. Decidí que lo que necesitaba era "comprar" un poco de esa idea de seguridad, estudios direccionados al mercado de trabajo, talvez una casa, quien sabe hijos, un buen sueldo. Eso no es de mí, no pediré perdón por ello.
Ocasionalmente converso con personas que me hacen ver eso y sin querer o hasta sin saberlo me hacen casi sentir culpable por no apostar por lo que realmente quiero de mí, de mi vida. El miedo me lleva a eso muchas veces, más de las que me gustaría contar. Claro, talvez no soy todavía quien para dar consejos sobre "qué hacer" a nadie, a final de cuentas, ni siquiera yo lo he hecho. Un conocido bastante próximo (así lo considero), de hecho el que recientemente me ha hecho volver a pensar en hacer aquello que quiero, aquello que me gusta, suele decir algo que, por simple que sea, define un concepto tan básico que pasamos por alto: "¿Qué es importante?" Suena fácil, ¿no? "¿Qué es importante?" Él se refiere a eso como una definición de aquello que para cada uno de nosotros es esencial, lo que no puede faltar para determinar nuestra felicidad, nuestro bienestar, nuestra comodidad, nuestra plenitud. ¿Cuáles son aquellas cosas que se tornan necesarias en nuestra vida, por las que sabemos que deberíamos apostarlo todo, las que deberían permear todo lo que hacemos y todo lo que sucede con nuestro devenir. "¿Qué es importante?".
Hoy en día me dedico a varios proyectos, uno de ellos es un empleo, otros son negocios independientes y, por mucho que me gustaría contar una história diferente, en este momento no tengo energía ni física ni mental, hasta diría emocional, para llevarlos a cabo al mismo tiempo. ¿Porqué?¿La cantidad de tareas es demasiado extensa?¿Me he propuesto objetivos demasiado grandes?¿Mi energía está dispersándose hacia demasiados lados? Todas esas opciones pueden estar correctas, pero hay una más profunda y determinante, una más fundamental: No hago lo que elegí hacer. Soy bueno en lo que estoy haciendo, pero no me llena. Puedo llegar a ser mejor, pero no me atrae lo suficiente como para pagar el precio. "¿Qué es importante?" Estoy seguro de que esa frase retumbará en mi cabeza toda mi vida, es una lección que jamás debería ser olvidada o dejada de lado. El trabajo viene y va, el dinero también, las personas ¿Qué decir? Hay una lección a aprender de todo lo bueno y lo malo que nos sucede, hasta de lo pasajero, de lo que consideramos futil. Todo nos enseña algo y esto es lo que aprendo en este momento, en esta nueva fase que, al fin y al cabo, no es más que un nuevo capítulo en la história de mi vida, talvez un nuevo comienzo, una nueva aventura, volviendo a la raíz, a lo esencial, al motivo de una de las principales preguntas:
"¿Qué es importante?".
Quel Pino.
